Al
salir de su casa, sabía que no le pasaría nada. En efecto, nada le pasó, y
regresó a su casa sin que nada le hubiera pasado. Pero en cuanto entró por la puerta, algo le pasó: un pájaro, en efecto, le cagó encima.
–Mierda –maldijo–, si es que no se puede salir de casa.
* Publicado en el blog Químicamente impuro
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imagen: figura rossa, de agnes-cecile en deviantART